Hubo un tiempo en que Teruel era un territorio de guerra, La frontera en la que peleaban ejércitos cristianos y Musulmanes.
Cuando Alfonso I el Batallador inició la conquista definitiva. Fueron los monjes guerreros los encargados de instalarse en determinados puntos clave para ofrecer protección a los futuros pobladores, dejando su huella en en la provincia.
Las ordenes militares, durante siete siglos, controlaron un tercio de la provincia de Teruel ( Aragón ), colaborando en su conquista, organizando su repoblación y participando en la administración del territorio.
En sus manos estuvo toda la comarca del Bajo Aragón y casi todo el Maestrazgo, así como una parte importante de las comarcas Comunidad de Teruel, Cuencas Mineras, Andorra-Sierra de Arcos, Matarraña y Bajo Martín, teniendo menor presencia en Gúdar-Javalambre, Jiloca y Sierra de Albarracín.
Por otro lado, fueron siete las órdenes militares distintas presentes en esta provincia Aragonesa, número sin parangón en España. Y el hecho de que en la misma se crease la primera orden militar de origen hispano, la Militia Christi de Monreal.
Además, tanto esta Orden, como la de Monte Gaudio, tuvieron la sede maestral en castillos de la provincia de Teruel (Monreal y Alfambra, respectivamente).
Tan dilatada historia y amplia implantación territorial tuvo también su correspondiente reflejo en el Patrimonio Cultural, dejando su huella en edificios religiosos, molinos, graneros y casas de encomienda, pudiéndose rastrear su presencia hasta en la propia organización del paisaje rural y urbano. Incluso trascienden a nuestro actual ciclo festivo, tanto en las tradiciones como en las nuevas recreaciones medievales.
En esta Nueva temporada queremos ofrecerte un Viaje a través de territorios que han sabido conservar su pasado y donde descubriremos Paisajes Mágicos y pequeños pueblos cargados de Patrimonio, leyendas y tradiciones .
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